La música que siempre regresa, la música que nunca se va, la melodía eterna que se graba en esa pista de baile, en esa tertulia de amigos, en esa noche de copas.
Mañana empezó, pero mañana se quedará para siempre… esa mañana se repetirá una y otra vez, tendremos esa suerte, mucha suerte.

Al poner esos surcos,  el ponerme esas pistas… me pone en la pista de lo que fui, de lo que soy y lo que llegaré a ser. Estaba viviendo en otro mundo, otro mundo que nos quisiste compartir, otro mundo que nos decodificaste y nos acercaste.

Mark Hollis, alma mater del grupo que nos ocupa, irrumpió en los 80, inundando el mercado con una calidad que les salía a raudales; gran producción de hits, pero marcando tendencia. Ahí quedará algún álbum para el recuerdo: “ The color of spring”, “Spirit of Eden”…  Sí Mark…  la fiesta acabó, aquí seguimos bailando contigo, buen viaje.